Al llegar a este punto de su coloquio interior, Raskolnikof meditó sobre lo que acababa de pensar. "¿Y si me equivoco? Si el hombre no es cobarde, sino que salta sobre los prejuicios y el miedo, lo que debe hacer es continuar su camino y hollar todo cuando se ponga a su marcha".
Crimen y castigo. Fedor Dostoievski.
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